martes, 2 de abril de 2013

Cómo lavar las brochas

Antes de la explicación de cómo lavar una brocha, primero hablar sobre las partes que la componen:

  1. CERDAS: es el pelo de la brocha, que puede ser sintético o natural.
  2. VIROLA: es la parte, normalmente metálica, que une las cerdas con el mango.
  3. MANGO: por donde cogemos la brocha, que puede ser de madera, de plástico...
Como ya comenté en la entrada Brochas: Básicas y favoritas, la mejor forma de lavar las brochas es con agua y jabón. 


¿CADA CUANTO LAS LAVO?

La frecuencia con la que debemos lavarlas en un poco relativa, ya que dependerá de lo mucho o poco que nos maquillemos.

Las brochas para sombras de ojos quizás sean las que menos frecuencia de lavado necesitan, salvo que las uséis a diario, ya que podemos eliminar gran parte de los restos al limpiarlas con un pañuelo de papel (yo suelo hacer ésto siempre, antes de aplicar una sombra).
Acordaros de la importancia de tener al menos dos pinceles, uno para sombras oscuras y otro para las claras, así evitaremos el riesgo de aplicar una sombra clara con un pincel con restos de sombra oscura.
Yo, como tengo más de dos pinceles, cuando unos los tengo muy sucios utilizo otros, hasta que un día tengo que tirarme toda la tarde lavando brochas...

En cuanto a las brochas que uso a diario (la de maquillaje y la de los polvos) intento lavarlas una vez a la semana, especialmente la de la base de maquillaje. Este tipo de brochas, así como todas las destinadas a aplicar productos en crema o fluidos, deben lavarse con cierta frecuencia ya que el producto se acumula con mayor facilidad. Además, al ser la primera brocha que se pone en contacto con la piel, también puede acumular restos de crema o de la grasa natural de la piel. Esta teoría se aplica también para las esponjas.


¿CÓMO LAS LAVO?

Hacerlo con agua templada, ya que facilita la limpieza y así no acabaréis con las manos congeladas.
A pesar de que existen productos específicos para la limpieza, uno de los mejores y más económicos que podéis utilizar es un jabón neutro.

Yo en concreto utilizo el jabón lagarto de toda la vida. Como las pastillas de jabón son muy grandes, la suelo cortar en trozos con un cuchillo y las voy gastando poco a poco.
He de reconocer que muchas veces he lavado las brochas con champú, gel de ducha o cualquier jabón que tuviese por ahí a mano y, aunque a corto plazo parece que no pasa nada, acortaremos la duración la suavidad de la brocha, así que no os lo recomiendo.



En cuanto al proceso, pongo todas las brochas en el lavabo y una por una voy mojando la brocha, frotándola en el jabón y después en la palma de la mano con suavidad y aclarando tantas veces como sea necesario hasta que estén bien limpias. En este punto, recordaros cerrar el grifo mientras no estéis aclarando la brocha, que aunque llevemos un mes viviendo el diluvio universal, no hay que derrochar agua ;)



Las brochas para sombras o las biseladas, al ser más pequeñas, se lavan enseguida. Por el contrario, con la brocha de maquillaje o las de polvos o colorete tendréis que dar más de dos jabonadas e insistir con el aclarado para eliminar todos los restos. Cuando al apretar las cerdas desde la virola hacia el extremo ya no sale una nada de espuma, será cuando tengamos la brocha completamente limpia y aclarada.


Brocha mal aclarada, con restos de jabón


Según van estando limpias las froto un poco sobre una toalla, al igual que cuando te lavas el pelo para eliminar el exceso de humedad, y las pongo sobre la misma toalla en horizontal y las dejo secar al aire.
Normalmente están secas de un día para otro, aunque os podéis llevar alguna sorpresa por la mañana con las brochas mas gordas. Por eso, intentar no lavarlas muy tarde si las vais a necesitar pronto.







Brochas limpias. Ahora, a esperar a que se sequen!!


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